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¿Qué es un fraude?

El fraude online comprende el uso de dispositivos digitales con el objetivo de cometer actividades fraudulentas o engañosas en la red, tales como suplantación de identidad, estafas o el robo de contraseñas y otros datos sensibles. Los comercios electrónicos desarrollan su actividad en un entorno que admite transacciones importantes, ya sean de dinero, bienes o información personal sensible. Para los ciberdelincuentes, esto se ha convertido en el contexto ideal para abordar a víctimas desprevenidas. Los casos de fraude de comercio electrónico son un obstáculo difícil de prevenir, detectar y enjuiciar. Para afrontar esta lucha contra el fraude en comercios electrónicos, los comerciantes deben informarse acerca de sus derechos y posibilidades de actuación, empleando los conocimientos y las herramientas tecnológicas más recientes pero recurriendo siempre a expertos en el sector.

Medidas de prevención contra el fraude

Para combatir el fraude en pagos online, las empresas y los usuarios pueden tomar varias medidas preventivas:

• Verificación de identidad: implementar procesos de verificación de identidad robustos, como la autenticación de dos factores.
• Monitoreo de actividades sospechosas: utilizar herramientas de detección de fraudes para identificar y prevenir.
• Formación: Capacitar a los usuarios sobre cómo identificar y evitar estafas en línea.
• Más seguridad: utilizar sistemas de cifrado y protección de datos para proteger la información del usuario.
• Cumplimiento normativo: cumplir con las regulaciones de seguridad y privacidad de datos, como el GDPR y PCI DSS.

¿Cómo evitar los fraudes online?

A la hora de navegar en internet, al igual que lo haríamos en un comercio físico, tenemos que comprobar que es un comercio real. Esto lo podremos hacer empezando por consultar reseñas de antiguos usuarios en buscadores o redes sociales, y también identificando diferentes vías de contacto por si fuera necesario (dirección de correo electrónico y teléfono de contacto). Además de eso, debemos asegurarnos de que la web tenga el certificado digital. Para hacerlo, debemos verificar si junto a la URL aparece un candado gris a modo de certificado digital, lo que garantiza la seguridad de esa web y también identificar el protocolo HTTPS, comprobando si en la URL al final incluye una -s, lo que significa que la web segura y cumple los estándares de protección.  

Saber más sobre fraudes online

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